
ARTE • ASTROLOGÍA • TAROT
En esta entrada vengo a crear un suelo, a intentar nombrar porque estas tres palabras se unen en esta página.
Llegar a reunirlas viene siendo un camino, ya que las tres lo son, senderos, rutas, viajes, que se han ido entrelazando entre sí, ensanchando el espacio por el que avanzo, y también retrocedo, porque las camino.
El arte o la expresión artística ha sido siempre mi principal forma de comunicación, con la vida, con los demás seres, pero, ante todo, conmigo misma. No recuerdo una vida sin colores, sin dibujar o sin pintar. En mi mundo interno las imágenes son el idioma oficial, así que no expresarme a través del lenguaje no verbal, hubiese significado silenciar o escindir mi imaginario. Mis procesos de cambio profundo siempre los he acompañado a través de algún tipo de creación, para mí, hay una alquimia muy potente que viene instalada de serie en el ser humano y para la que no necesitamos instrucción o formación alguna.
Por otro lado, la Astrología también estuvo presente desde muy temprano, pero con ella tuve que recorrer múltiples senderos. De la mano de la curiosidad fui acercándome y alejándome, contrastándola con la experiencia, y sobre todo entendiendo, que quien la transmite, es un mensajero, y que toda interpretación arrastra la subjetividad de esa determinada persona, de su entorno y sus experiencias vividas o atestiguadas.
Estuve muchos años levantando capas, buscando los fundamentos y jugando con ellos en la observación de mis experiencias cotidianas y de la naturaleza misma. Más adelante me entregue al estudio metodológico, en su vertiente más psicológica, experimentándola en primera persona y reconfigurando lo aprendido a través de mis propias vivencias. Y no fue, hasta que empecé a ofrecer mis sesiones individuales compartiendo mi propia visión, que no se abrió una nueva esfera, en la que el aprendizaje entro en una constante evolución y expansión. Sigue siendo un viaje, donde aprender y desaprender, construir teorías y derruirlas para volver a las bases que van mutando al mismo tiempo que la vida y la consciencia se despliegan.
El Tarot ha sido la última incorporación a esta tríada, ahora entiendo que su función ha sido unir aún más si cabe estos senderos simbólicos, ha servido de puente entre lo particular y lo arquetípico. Aunque mi enfoque astrológico siempre se ha mantenido amable y orgánico, es inevitable que la mente, al tener un marco tan inmenso de descripción, elabore complicadas explicaciones laberínticas, alejándose de la contundencia de todo lo que condensa una imagen. Y es ahí donde me ha devuelto a mi origen visual, donde con menos, se abarca mucho más, ya que, ante una misma imagen, cada quien construye su propio reflejo.
Reconozco al símbolo como nuestra lengua materna y me apasiona ver como al exponernos al contacto con lo simbólico, recordamos una forma de percibir la vida más orgánica y esencial.